Accion en el Hall (2ª Parte)

Una vez expuesta en la primera clase nuestra idea, hemos pasado a realizar una relación de los materiales que nos van a ser necesarios para la realización de la instalación, materiales tales como:

Ropa:

Materiales para confeccionar las piernas de mentira:

Como no pueden pesar mucho estas piernas, hemos pensado en el sistema más ligero posible. Hemos decidido modelarlas recortando su silueta en cartón, tras lo cual procederemos a ir añadiendo volumen a ambos lados del perfil a base de bolas de periodico arrugado, que servirán de relleno. Al tiempo que añadimos este relleno a los lados lo vamos sujetando rodeando la pierna con celofán contínuamente, hasta conseguir el volumen apropiado en cada tramo.

En la última clase se propusieron al resto de los compañeros sugerencias para complementar la instalación y aumentar la sensación de desconcierto y la curiosidad cuando la gente se encuentre con ella.

Se plantearon complementos sensoriales, con los cuales la gente viese luz o escuchase sonidos dentro del falso techo, pero quedaron descartados por considerar que tal vez recargasen la acción, y aumentase la sensación de que se trata de algo artificial y preparado.

En segundo lugar se plantearon complementos escenográficos, tales como una mesa encima de una silla, o unas escaleras que, situadas bajo el hueco del falso techo reforzasen esa situación tan atípica y de entrada extraña, y que sugieran una mínima explicación de como alguien ha podido llegar allí, intentando hacerlo más creible dentro de la imposibilidad de la escena, aumentando si cabe en mayor medida el conflicto lógico que se le plantea a quien lo observa, ya que la lógica dice que es imposible que haya alguien en tan reducido espacio, y que el falso techo no aguanta tan fácilmente el peso de una persona.

No obstante, si esta credibilidad no fuese tan latente a la hora de la puesta en escena, como nuestro objetivo es la recuperación de ese espacio perdido del hall y, en definitiva, la modificación de recorridos, nos gustaría que si la gente no se lo cree, por lo menos suscitemos en ellos la curiosidad suficiente como para acercarse a investigar cómo está realizada una instalación tan peculiar, situada en un lugar tan extraño.