domingo, 8 de febrero de 2015

DEFINICION DE YACIMIENTO

Machu Picchu
La palabra yacimiento depende de tres factores:

El primer factor lo obtenemos de su semántica: yaci-miento=proceso o resultado de yacer. Un estatus físico que hace referencia única y exclusivamente al objeto en sí.
El segundo y tercer factor son el factor potencial y el factor descubrimiento. Los artefactos que componen un yacimiento poseen un potencial inherente, un poder latente que se manifiesta única y exclusivamente cuando son descubiertos. Dicho potencial es una acumulación de energía en forma de oportunidades, recursos o información. Artefactos con poco potencial inicial (como una construcción sin valor) aumentan su potencial al permanecer ocultos a lo largo del tiempo. Otros tienen un potencial inicial tan grande que inmediatamente se convierten en yacimientos. La “zona cero” de los atentados del 11-S sería un buen ejemplo de ello.
Micenas 1874 (Yacimiento antiguo)

Zona Cero 11-S _2001 (Yacimiento nuevo)
Epistemología de yacimiento:

El factor descubrimiento no depende del objeto en sí, sino de la percepción del mismo. Como ésta segunda dimensión de la palabra yacer está vinculada a la percepción humana contamina inevitablemente el término, evitando que goce de una categoría universal. Por ejemplo, cuando en 1911 Hiram Bingham “descubrió” el yacimiento de Machu Picchu encontró una familia de indígenas en lo alto de la ciudad de piedra, acostumbrados a hacer vida ahí. Seguramente estas familias tuviesen una concepción del yacimiento vinculada a sus recursos naturales, su carácter de refugio, etc., radicalmente distinta a la de Bingham, estrictamente arqueológica.

Martin Chambi, Machu Picchu 1911

Ontología de yacimiento:

Cuando pensamos precisamente en esta necesaria connotación perceptiva de un yacimiento podemos acabar reflexionando sobre la paradoja de su existencia.  Como decía Locke, podemos dudar de si un árbol que cae en el bosque produce algún ruido si nadie lo escucha, pues nos es imposible conocerlo. Podríamos pensar del mismo modo respecto de cualquier yacimiento: Un yacimiento no es hasta el momento en el que se descubre, antes de lo cual el yacimiento simplemente no existe, o por lo menos no existe como tal.

El yacimiento se presenta como un palimpsesto, una superposición de estratos legibles que aportan a un lugar las cualidades de una flecha que ha sido disparada, la cual contiene información sobre dónde viene (ausencia), dónde está (presencia) y hacia dónde se dirige (inmanencia).  

Palimpsesto
Esta inercia temporal nos permite viajar hacia el futuro y el pasado a través de la percepción. Un yacimiento arqueológico presenta huellas del tiempo. Los objetos yacientes se aprecian de manera discontinua, alternando presencias y ausencias. Estas ausencias pueden ser interpretadas como huellas de una presencia anterior o futura (presencia potencial). 

Proyecto para los castillos de Romeo y Julieta, Peter Eisenman

Procesos de scaling y overlapping, Peter Eisenman
Incluso podemos llegar a reflexionar sobre la materialidad de estas discontinuidades, como hacía Eduardo Chillida al afirmar que "el espacio y la materia son ambos materiales pero con velocidades distintas. La materia es un espacio lento y el vacío una materia rápida". Surge entonces el rechazo de “el lugar” como un Todo lleno de presencias susceptible de ser conocido.

Baptisterio de Sta María, Eduardo Chillida
Si pensamos en un yacimiento en el que encontramos unas ruinas, inevitablemente volvemos a la ineludible intervención de la percepción humana, pues, por la teoría de la Gestalt, cuya máxima es que “el todo es mayor que la suma de las partes”, reinterpretaremos inevitablemente la totalidad del conjunto, completando mentalmente las discontinuidades. Esto nos lleva una vez más a cuestionar la universalidad del concepto de yacimiento, y a vincularlo de nuevo al individuo, que lo experimenta de un modo personal
apreciamos dos triaungulos, a pesar de no estar dibujados

apreciamos un hexaedro, a pesar de no estar dibujado

Ciudad de Vascos, Toledo. Mentalmente reconstruimos las ruinas (imagen personal).
 Incluso si desde una actitud científica queremos crear una verdad universalmente válida para ese yacimiento no podemos descartar igualmente su carácter conjetural. Si una civilización extraterrestre descubriese en un futuro un yacimiento de un campo de golf en la tierra pensarían que la actividad que allí se desarrollaba consistía en introducir las bolas en el agua, ya que ésta estaría repleta de ellas mientras que el hoyo se encontraría vacío.

Se puede considerar entonces un yacimiento como un espacio que nos genera una mirada hacia el exterior y hacia nuestro interior, es en definitiva una extensión de nosotros mismos, del ego,  a través de la percepción, una vivencia personal del lugar que nos vincula con otros momentos en el tiempo.

Espejo del Sol, Manuel Rivera. El efecto Moiré provocado por la superposición de mallas hace que la obra se aprecie diferente desde cada punto de vista.


BIBLIOGRAFÍA:
-Bédard, Jean-François. “Cities of Artificial Excavation: The Work of Peter Eisenman: 1978-1988”, Rizzoli, New York, 1994
-Ciorra, Pippo. “Peter Eisenman: Obras y Proyectos”, Electa, 1993
-Kipnis, Jeffrey & Leeser,Thomas. “Chora L Works: Jacques Derrida and Peter Eisenman”, Monacelli Press, New York, 1997
-Revista “Arquitectura” nº 359, COAM, Madrid, 1988

-Eisenman, Peter. “Diagram Diaries”, Thames & Hudson. 1999.

INICIO PROYECTOS 8

CULTIVO DE POLVO (MAN RAY)

Comenzamos el curso con una sugerente imagen del Gran Vidrio de Marcel Duchamp tomada por el inigualable Man Ray, una imagen elegida por Marta Toral como representativa del tema de estudio de este curso, los yacimientos.

CULTIVO DE POLVO (MAN RAY)
Creo que se ha escogido esta imagen  porque refleja cómo a un objeto estático, concebido en un momento determinado, se le puede introducir la variable del tiempo.

Al contemplar la fotografía observamos cómo capas y capas de polvo se han ido sedimentando sobre la obra, y cómo se intuye de forma velada sus relieves. La imagen se presenta como un palimpsesto donde se pueden leer al mismo tiempo momentos diferentes de su historia. Estas son características compartidas con toda clase de yacimientos, y pueden también ser transpuestas a la arquitectura. Recuerda a los trabajos de Peter Eisenman cuando trabajaba con las arqueologías ficticias, haciendo superposiciones de diferentes capas relacionadas con el lugar a través del uso de herramientas gráficas como el scaling y overlapping.

En la fotografía la luz rasante acentúa la textura, y esta textura habla de la pátina, el envejecimiento a lo largo del tiempo de las superficies que una vez fueron inmaculadas.

La perspectiva aérea que se aprecia con el aspecto brumoso de la parte superior potencia la sensación de gran tamaño, de monumentalidad. De no ser por el título de la fotografía podríamos pensar que se trata de una imagen aérea de las figuras de Nazca. La sensación de monumentalidad potencia igualmente la asociación con el pasado.

La imagen refleja también no sólo el pasado del objeto, sino su inercia evolutiva. Se presenta como una obra dinámica, en la cual tenemos la certeza de que pueden ocurrir dos acciones opuestas:

1-una acción pasiva por la cual sabemos que, precisamente por inacción del hombre,  las capas de polvo seguirán sedimentándose (viaje al futuro).

2-una acción activa por la cual sabemos que, si el hombre actúa retirando capas (como se ha hecho en la parte derecha) podremos redescubrir sustratos ocultos (viaje al pasado).